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LAS HORAS DE LA PASIÓN DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO
Las veinticuatro horas de la Pasión

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Meditaciones Sobre la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo.
Para acompañar a Nuestro Señor Jesucristo, en cada Hora de su Pasión

Por Luisa Picarretta, hija de la Divina Voluntad. 
(En proceso de Beatificación)



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Por RORATE CÆLI -23/11/2014


jueves, 24 de abril de 2014

No se puede obedecer a un hombre que se pone por encima de Dios

Por :http://josephmaryam.wordpress.com/
Santísimo Cristo de la Misericordia 
de Cantillana
DECLARACION DEL DIRECTOR DE LA OFICINA DE PRENSA DE LA SANTA SEDE

El Padre Federico Lombardi, S.I. Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, ha efectuado esta mañana la siguiente declaración:
”En el ámbito de las relaciones personales pastorales del Papa Francisco ha habido diversas llamadas de teléfono. Como no se trata absolutamente de la actividad pública del Papa no hay que esperar informaciones o comentarios por parte de la Oficina de Prensa. Las noticias difundidas sobre esa materia -ya que están fuera del ámbito propio de las relaciones personales- y su amplificación mediática no tienen por lo tanto confirmación alguna de fiabilidad y son fuente de malentendidos y confusión. Por lo tanto hay que evitar deducir de esta circunstancia consecuencias relativas a la enseñanza de la Iglesia”.

Francisco ha tirado la piedra y ahora esconde la mano. Esto significa las declaraciones de Lombardi. Lo demás, es negar la Verdad como es. Ningún Papa verdadero tiene vida privada. Lo privado, en todo Papa, queda siempre en lo privado, es decir, nadie lo conoce. Y este hecho no es de vida privada, sino de vida pública. Lombardi miente, porque sabe lo que ha hecho Francisco.

- Entonces, ¿Francisco habló directamente con vos y te dijo que sí, que podías comulgar?
- Sí, me dijo eso. Pero yo no sé si es en todos los casos. Momentáneamente es en el mío.
- Después de eso, ¿fuiste a pedir confesión, comunión?
- No. Todavía, no.
- Pero ¿te sientes ahora con todo el derecho de hacerlo cuando quieras?
- Sí, pero lleva su tiempo comulgar… Tenía que estar tranquila y hacerlo con fe. No lo quiero hacer arrebatadamente…y volver a la Iglesia tranquila. (Declaraciones de la mujer)

Las brechas de un cisma están apareciendo por todos los lados.

Un cisma encubierto, que nadie percibe, porque se trabaja en lo oculto, pero que necesariamente tiene que explotar algún día. Y hasta que no lo haga, se ven las brechas de ese cisma.

Y hay muchos que viendo esas brechas, todavía les cuesta discernir lo que es Francisco. Y muchos que son de la Jerarquía, que andan ilusionados con que este hombre haga algo bueno por la Iglesia.

Francisco muestra gestos pastorales caracterizados por la herejía y por el cisma. Y a estos gestos muchos los denominan como la sencillez, la humildad, la santidad de Francisco.

No ven el orgullo de Francisco, sino que lo llaman un acto humilde, un acto de amor al prójimo, un acto de sencillez, de verdad, de saber dar el Evangelio como es. Lo llaman vida privada de Francisco.

Nadie ve el cisma, la herejía. Y, cuando no se ve, sólo significa una cosa: que ya nadie cree en los dogmas. Ya nadie cree en la ley divina. Ya nadie cree en las verdades absolutas.

Y eso da lugar a una cosa: la lucha por la verdad que cada uno tiene en su pensamiento humano.

Y esa lucha, si la hace un hombre que se arroga un poder, -que no posee-, como es Francisco, se llama cisma. Francisco ha iniciado el cisma. Lo ha hecho de forma encubierta, pero tiene que mostrarse a las claras en algunas obras que él hace en la Iglesia, porque se obra lo que se piensa.

Se llama a una mujer para que pueda comulgar, porque así se piensa: tú, mujer, no estás en pecado; por lo tanto, comulga. Y no importa tu situación canónica. Vete a confesar, sigue en tu pecado, recibe la comunión, y lo demás, no interesa.

Para aquel que sepa un poco de teología y de derecho canónico, ve la monstruosidad que ha hecho Francisco en esta llamada.

Si hay una situación de un matrimonio canónico, primero hay que resolver eso. Si no se anula el matrimonio de ese hombre, entonces, ¿qué queda entre ese hombre y esa mujer? Una monstruosidad. Por una parte, él sigue casado por la Iglesia con otra mujer; y la mujer está casada con él por lo civil. Dos matrimonios distintos; dos uniones distintas. Y con eso, entonces la mujer va a confesar, ¿qué cosa? ¿Qué piensa confesar esa mujer después de diez años en que no le ha importado nada la vida espiritual, que no sabe los mandamientos de Dios, que no sabe lo que es la Eucaristía, que no sabe lo que es el Matrimonio? ¿Qué cosa va a confesar si no cree en el pecado? ¿De qué se le va a absolver? ¡Qué cosa más absurda! Y ¿habrá un sacerdote que la absuelva? Por supuesto, que lo habrá. Y el sacerdote, ¿cómo piensa absolver eso? ¿Sólo por la palabra de la mujer que le dice que Francisco le da permiso? ¿Disciernen el lío que hay en esa llamada telefónica?

Con una llamada telefónica, Francisco anula el adulterio. Se ha puesto por encima de la ley divina.

Dos cosas ha hecho Francisco:

1. Se ha puesto por encima de la ley de Dios: existe el dogma de la indisolubilidad del matrimonio y el mandamiento de Dios: no fornicarás.

a. «Cuanto a los casados, precepto es, no mío, sino del Señor, que la mujer no se separe del marido, y de separarse, que no vuelva a casarse o se reconcilie con el marido, y que el marido no repudie a su mujer» (1 Cor 7, 10-11).

Aquí está enunciada la indisolubilidad del matrimonio como precepto divino, como ley divina.

El Señor es claro en su Evangelio:

«El que repudia a su mujer y se casa con otra, adultera contra aquella, y si la mujer repudia al marido y se casa con otro, comete adulterio» (Mc 10, 11-12).

«Todo el que repudia a su mujer y se casa con otra, adultera, y el que se casa con la repudiada por el marido, comete adulterio» (Lc 16, 18).

Ese hombre tiene un matrimonio que crea un vínculo indisoluble. Por tanto, no pude estar con esa mujer. Para estar, primero hay que anular el matrimonio. Francisco dice: no importa ese matrimonio. Confiesa y comulga. Y, además, no importa tu adulterio; el pecado contra el sexto mandamiento no es pecado. No existe. Lo anulo con esta llamada telefónica.

2. Ha puesto su orgullo en la Iglesia:

Su voluntad es ley en la Iglesia. Su idea de lo que es un matrimonio y de lo que es el pecado, es lo que hay que seguir en la Iglesia. Su visión de la vida de ese hombre y de esa mujer es la visión que hay que tener en la Iglesia.

Francisco ha aprobado el adulterio. Y no ha dado ninguna razón teológica. Y tampoco sabe darla. Sólo ha dicho que lo están estudiando. Pues, en la duda no se hace nada; no se permite nada.

La gente ve a Francisco como una persona formada porque habla con la gente, habla de la vida común, porque está metido en los asuntos sociales. No está dando vueltas a los dogmas.

Para un teólogo, para un canonista, Francisco es un personaje vulgar, sin información, sin cultura, sin inteligencia, sin sabiduría.

Estas situaciones no se pueden resolver con una llamada telefónica. Eso es sólo propaganda para Francisco. Y no es más que eso.

Aquí se ve la intención de Francisco. Porque todo hombre que no se ajusta a la ley de Dios, automáticamente su intención en la obra que hace no es divina, sino que es con malicia y demoniaca.

Aquel que rebase la ley divina, como lo ha hecho Francisco, es del demonio.

Porque una cosa es pecar. Otra cosa es institucionalizar el pecado, aprobarlo, encumbrarlo, justificarlo.

Una cosa es que por debilidad se peque. Eso, cualquier hombre lo obra. Eso no es ponerse por encima de la ley de Dios. Eso es ir en contra de la ley divina, pero no ponerse por encima. El pecador humilde, ve su pecado y se arrepiente de él y lo confiesa.

Francisco se ha puesto por encima de la ley divina y ha enseñado su pecado a esa mujer y a ese hombre. Les enseña a ponerse por encima de la ley de Dios.

Aunque tengas un matrimonio por la Iglesia, puedes estar junto a esa mujer sin anularlo y sin casarte de nuevo.

Aunque estés con ese hombre, y adulteres con él, continua haciendo eso, que en tu caso no es pecado. Yo, que soy un santo, te digo que eso no es pecado.

Esto es lo que ha hecho Francisco: su orgullo, que le pone por encima de Dios, de la ley de Dios. Esto no lo llamen humildad. Llámenlo obra demoniaca, porque es el mismo pecado que hizo Lucifer.

Ponerse por encima de Dios, de su ley, es no querer convertirse, es mirar a la condenación, es anular toda verdad, todo dogma; es vivir de acuerdo al pecado y hacer que otros vivan de ese pecado.

Francisco es un hombre que no sabe ver el pecado en una persona; entonces, ¿cómo va a saber ver la santidad de una persona? ¿Ustedes creen que va a canonizar algo el próximo día? Imposible. Y no porque sea un hereje, porque sea un pecador, sino porque no tiene poder divino para ser Papa. Tiene un poder humano que lo coloca como un falso Papa, como un impostor, como un usurpador. Y, como no tiene poder divino para ser Papa, entonces no puede canonizar a nadie, porque no puede hablar como Papa, que es lo que se necesita para hacer santos: que el Papa hable como Papa.

Es muy grave esa llamada que ha hecho Francisco. Y muchos no ven esa gravedad. Es el inicio de la nueva iglesia en Roma. Así tienen que obrar: desprevenidamente, a lo bruto; imponiendo su pensamiento, guste o no guste a los demás.

Así ellos inician su nueva iglesia, con estas brechas, que van marcando un camino de maldad. Y ¡ay del que siga ese camino! ¡ay del que no vea la maldad que tiene ese camino!. ¡Ay de aquel que siga llamando a Francisco como bendición de Dios, como persona formada, inteligente, como excelente predicador de la Palabra de Dios, como el que sabe llegar al corazón de las gentes y a sus vidas!.

¡Despierten ya! Quien no sepa ver a Francisco como es; quien no sepa ver que Francisco no es lo que dice ser; quien se empeñe en seguir buscando una razón para afirmar la santidad de ese hombre, su humildad, sus sencillez, es que pertenece al demonio; es que su vida no es recta; es que vive como Francisco vive: haciendo lo que le da la gana en la Iglesia.

Se es Papa para custodiar la Verdad, no para destruirla.

Francisco la destruye. Luego, no es Papa. ¿Todavía no tenéis inteligencia?

Un verdadero Papa está por encima de toda ley positiva, pero nunca puede ponerse por encima de la ley divina. Y aquí tienen otra señal de que Francisco no es Papa. El Papa que Dios elige puede ser muy pecador, pero nunca se pondrá por encima de Su Ley. Un Papa que eligen los hombres hace eso que ha hecho Francisco: se pone por encima de Dios.

Por tanto, no puede haber obediencia a un hombre, que dice ser Papa, y que actúa por encima de Dios. Francisco no es lo que dice ser. No es Papa porque combate contra Dios, contra Su Ley.

¿Con qué autoridad le dice a esa mujer que puede comulgar cuando ha rebasado él la Autoridad Divina?

¿Quién se ha creído que es Francisco para interpretar la ley de Dios?

¿En qué cabeza cabe que para resolver un asunto tan complicado como es este, se use el teléfono y se dejen las cosas sin resolver?

¿No ven la locura de ese hombre? ¿No ven cómo ha engañado a esa mujer? ¿No ven cómo engaña a toda la Iglesia?

En los pasillos del Vaticano hay ya Cardenales que están diciendo: “¿Qué pretende este pequeño argentino?”, “Hemos cometido un error”. La Jerarquía sabe que Francisco está jugando con fuego. La Jerarquía de la Iglesia no es tonta. Pero, claro, por debajo hay cantidad de intereses que no son los de Cristo, que son los de los hombres. Hay división y cisma en el Vaticano. No hay más ciego que el que no quiera ver.

Y ya tiene que haber un distanciamiento: los que están con Francisco, los que se oponen a Francisco. Es necesario separar el trigo de la cizaña. Y ¡cuánto va a costar! ¡Cuánto sufrimiento para toda la Iglesia!

Y aquí el único que sufre con todo esto: Jesucristo. De nuevo ha sido crucificado en la Eucaristía. De nuevo se pisotea la Eucaristía, una vez que se ha anulado la Penitencia y el Sacramento del Matrimonio.

Por tanto, no se puede decir y quedarse tan tranquilo que “las noticias difundidas sobre esa materia -ya que están fuera del ámbito propio de las relaciones personales- y su amplificación mediática no tienen por lo tanto confirmación alguna de fiabilidad y son fuente de malentendidos y confusión”. Ahora, quien ha mentido ha sido esa mujer y ese hombre. Quien ha mentido ha sido la prensa que ha recogido las declaraciones de esa mujer y de ese hombre, que han sido claras. No es tan fácil, Lombardi. Este cuento ya nadie se lo cree, sólo los tontos como él y muchos que le dan oídos a Francisco. Francisco tiene una boca que no sabéis atarla. Y, por eso, tenéis que salir con estas inmundicias que revelan el cisma que ya habéis abierto en la Iglesia.

Visto en :http://josephmaryam.wordpress.com/

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